En este mito, la ninfa Eco es castigada por Hera por encubrir las infidelidades de Zeus. Su castigo consiste en quitarle el habla; sólo puede repetir la última palabra de su interlocutor.
Por otro lado, Narciso es un joven muy hermoso, aunque desprecia el amor de todos, al cual un adivino le había dicho que viviría muchos años siempre y cuando no se contemplase a sí mismo.
Eco se enamora perdidamente de Narciso, que desprecia su corazón y ella no puede hacer otra cosa que repetir sus últimas palabras. De la pena, la ninfa se encerró sola en un lugar y allí se dejó morir, consumiéndose lentamente hasta desaparecer, dejando sólo su voz en el aire, que repite las últimas palabras de cualquiera. Esto cabreó a los dioses, y todas las mujeres rechazadas por Narciso rezaron al unísono hasta invocar a Némesis (la venganza) que hizo que Narciso se observase. Éste se enamoró de su propia belleza, y ya no le importó nada más; siguió contemplándose hasta morir.
Cuentan que en el Estigio (el mar de la tierra de los Muertos), Narciso aún sigue contemplándose.
Un saludo, hasta la próxima publicación. Carmen Rodríguez.
Fuente: internet
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